Fiesta de la Hispanidad, en Melbourne
En la ciudad de Melbourne hay un grupo de españoles que luchan como leones por cultivar sus costumbres. Todo son adversidades para nuestros emigrantes que continúan adelante con espíritu indomable. Y, en el Doce de Octubre todos los años celebran por la fiesta de su tierra ese pueblo que no se hunde. Estos hombres demostraronque de todo son capaces que lo mismo exponen arte que te montan un tablado. Y la calidad magnífica, aunque, la verdad, sorprende que de poco contingente nos resulte tanto artista para cubrir toda España, sus artes y tradiciones, y sus islas, sur y norte, no sé como se las apañan. Acaso no es un milagro: pintores o bailarinas, y también los guitarristas o los actores de teatro. Y es que, por cada español de los pocos que aquí habitan hay un genio y un artista perdonando la excepción. *** Vos, hispanoamericanos, no somos ni comprendemos ni el pasado ni otros tiempos, permitidnos admiraros. Vamos por la Hispanidad con hispanoamericanos, vamos a por ella hermanos a por ella de verdad. Todos con su idiosincrasia. ¡Ojala!, lo consigamos. A ver si lo demostramos con respeto y democracia. Avancemos sin blasón, y cada uno como somos, gracias a los libres, todos, que cantaron con amor. Enseñad vuestros tesoros, la música de ruiseñor, arte, grandeza y candor que aquí uno somos todos. ¡Qué disputamos! pues claro, no veis en el parlamento, después como caballeros una copa y un abrazo. **** Y en la calle Johnston street un puñado de valientes te montan más tenderetes que en las fiestas de Madrid. Con el sí municipal y con la calle cortada es menuda la que se arma, todo por la Hispanidad. Con el club hispano a un lado que dispone de taberna, se abarrotan las aceras y hasta el asfalto ocupamos. Zapateando en el tablado contemplamos el folklore que cubre nuestras regiones y lo hispano americano. Y algún que otro Aficionado amante de nuestra patria, folklore e idiosincrasia y por supuesto australianos. *** Y al humo del barbacoa que trae aroma a chuletas, se mezclan con las paellas los sabores de otras cosas. Y si apetece un vinito o tu adorada cerveza, de nada falta en la fiesta, coca, vino blanco o tinto. Qué se le antoja un café, negro, con leche o cortado o algo hispano americano, lo encontraras por doquier. Y de lo hispano, en Australia, casi todo hay en los puestos. Y sólo echamos de menos a nuestras queridas patrias Jupear Melbourne, octubre 1985